Publicado en elDial DC33AF 12 de marzo de 2024(*)
Por Thomas Andrew O’Keefe(**)
Los Estados Unidos tienen una larga y sórdida historia de atroces violaciones a los derechos humanos cometidas contra los pueblos indígenas, que incluyen el genocidio físico y cultural, además de la remoción forzada y usurpación de tierras tribales. Incluso hoy, muchas comunidades indígenas están expuestas a la contaminación tóxica que emana de proyectos energéticos y mineros que funcionan en las cercanías de propiedad federal. Esta contaminación pone en peligro los suministros de agua y contribuye a índices desmesuradamente elevados de asma, cáncer y otras enfermedades graves entre la población indígena.
Full story » ]]>Publicado en: elDial.com - DC3286 - 15/8/2023
Por Thomas Andrew O’Keefe
En la agenda de la Cumbre para Un Nuevo Pacto Financiero Mundial organizado por el presidente francés Emmanuel Macron en París entre el 22 y 23 de junio de 2023, figuraban propuestas para reestructurar el sistema financiero multilateral y así proveer más recursos para responder adecuadamente a los desafíos presentados por el cambio climático. Muchas de estas reformas forman parte de un paquete de medidas inicialmente propuestas por Barbados, uno de los países más pequeños del mundo.
Full story » ]]>Publicado en: elDial.com - DC3117 - 15/11/2022
Por Thomas Andrew O’Keefe(*)
El hidrógeno es uno de los elementos que se encuentra con más frecuencia en el universo, aunque nunca lo podemos encontrar en su estado puro, sino compuesto con otros elementos. Cuando se produce a base del agua, se utiliza un proceso de electrólisis donde se aplica una corriente eléctrica para separar las moléculas de hidrógeno de las de oxígeno. El gas que resulta de este proceso se puede quemar con fines energéticos o es posible utilizado para potenciar células o pilas de combustible.
Full story » ]]>Publicado en: elDial.com - DC2657 - 08/11/2018
Por Thomas Andrew O’Keefe*
Traducción realizada por la Dra. Claudia F. Valls
El Cono Sur está embarcado en un proceso impresionante de transición hacia una matriz energética basada más en recursos renovables y no-convencionales, o sea menos dependiente en los hidrocarburos y la hidroelectricidad a gran escala. Esto podría contribuir a un histórico consenso regional en cuanto al tema energético que no fue posible antes (a pesar de un intento más bien retorico a fines de la década de los 90). Los dos países que están liderando este proceso son Chile y Uruguay. Por el momento, ninguno de los dos goza de reservas significantes de combustibles fósiles. Además, ambos han tenido que enfrentar periódicamente serias crisis provocadas por la escasez de lluvias que impactan negativamente sus fuentes hidroeléctricas. Para estos dos países, la transición veloz hacia fuentes nacionales de energíarenovable responde más a una necesidad de garantizar la seguridad energética que la de reducir emisiones de carbono para combatir el cambio climático. Dependiendo de la hora del día y la estación del año, casi un tercio de la electricidad generada en Uruguay actualmente proviene de recursos eólicos (un aumento de solo el uno porciento en 2013), mientras que en Chileuna cantidad parecida de electricidad suele provenir del sol y los vientos.
Publicado en: elDial.com - DC2445 - 14/11/2017
Por Thomas Andrew O’Keefe(*)
Desde que Michelle Bachelet volvió a la presidencia en marzo de 2014, Chile está embarcado en un proceso ambicioso de incorporar a su matriz energética cada vez más fuentes de energía renovables y no convencionales. Dichas fuentes incluyen la biomasa, biogás, las pequeñas centrales hidroeléctricas que generan menos de 20 megavatios de electricidad, además de la energía geotérmica, solar, eólica y, potencialmente, marina del movimiento del oleaje de los océanos. La meta del gobierno chileno es generar el 60 por ciento de su electricidad de recursos nacionales de energía renovable (incluyendo toda la hidroelectricidad sin distinción de la capacidad generadora de la central) por el año 2035, y un 70 por ciento por el año 2050. Para incentivar dicha transición, Chile es uno de solamente dos países en Latinoamérica (el otro es México) que actualmente imponen un impuesto sobre las emisiones de carbono por parte de las generadoras de electricidad y las grandes industrias, y corresponde a US$ 5 por cada tonelada emitida de carbono dióxido. La motivación principal del gobierno chileno en transformar la matriz energética del país es más para asegurar la seguridad energética que en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Full story » ]]>Por Thomas A. O'Keefe
I. INTRODUCCIÓN
Reunidos en Cuzco en diciembre de 2004, los presidentes suramericanos lanzaron la Comunidad de Naciones Suramericanas que en 2008 se transformó en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).[1] Los doce países que son socios de UNASUR incluyen: (1) Argentina; (2) Bolivia; (3) Brasil; (4) Chile; (5) Colombia; (6) Ecuador; (7) Guyana; (8) Paraguay; (9) Perú; (10) Surinam; (11) Uruguay; y, (12) Venezuela. UNASUR pretende integrar todo el continente suramericano políticamente, socialmente, culturalmente, económicamente, y en forma financiera y en cuanto a su infraestructura física. El hecho de que UNASUR incluye a dos Estados socios de la Comunidad y Mercado Común del Caribe o CARICOM (i.e., Guyana y Surinam) ofrece la posibilidad de aumentar la cooperación entre Suramérica y los países angloparlantes en el Caribe en cuanto a temas que son de interés común.
El autor intelectual de UNASUR es Brasil, que abogó para la creación de una área de libre comercio de Suramérica en los años 90 como una etapa previa a la creación de la Área de Libre Comercio de las Américas o ALCA.[2] Durante los años 90, el ALCA formaba el núcleo de la política norteamericana para todo el hemisferio occidental.[3] En 2000, el entonces presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso fue anfitrión de una reunión celebrada en Brasilia con la presencia de todos los presidentes suramericanos y que dio paso al lanzamiento de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Suramericana o IIRSA. Bajo el paraguas IIRSA, hubo una gran cantidad de proyectos que tenían como su fin la expansión y modernización de la infraestructura física de América del Sur, particularmente en cuanto a los sectores de energía, transporte, y telecomunicaciones, y que se esperaba tener listos dentro de un periodo de diez años.[4] Hoy en día IIRSA está incorporado dentro de la agenda de UNASUR gracias a la creación en 2009 del Consejo de Infraestructura Suramericana y Planeamiento (COSIPLAN) que tiene al antiguo Comité Ejecutivo de IIRSA como su órgano de asesoramiento técnico.
Full story » ]]>Revista Ars Boni et Aequi (Año 9, #2) Diciembre 2013, ps. 117-144
Thomas Andrew O’Keefe
[ Abogado, B.A. en Historia, Columbia University, Nueva York, Doctor en Jurisprudencia de Villanova University, Pennsylvania, M. Phil, en Estudios Latinoamericanos (Historia y Economía), Universidad de Oxford, Inglaterra. Profesor en el Programa de Relaciones Internacionales, Universidad de Stanford, California, Presidente de la consultora jurídica y económica Mercosur Consulting Group, Ltda., San Francisco, California. ]
RESUMEN
A pesar de la gran oferta de diferentes recursos energéticos que existen en América, sean estos hidrocarburos o fuentes de energía renovable o no tradicionales y la amenaza que representa el cambio climático para los habitantes del hemisferio, los resultados obtenidos en la última Cumbre de las Américas que se celebró en Cartagena de la Indias, Colombia, abril del 2012, referidos a la promoción de la seguridad energética y metas concretas para combatir el cambio climático, fueron poco productivos. Llama la atención la falta de liderazgo demostrado por el gobierno norteamericano, a pesar de haber propuesto una Alianza de Energía y Clima de las Américas ((AECA) en la Cumbre anterior que se celebró en Trinidad en 2009. El artículo resalta algunos proyectos concretos que se podrían llevar a cabo bajo la AECA si existiera un mayor interés y acciones promotoras llevadas a cabo por los gobiernos más influyentes en el Hemisferio Occidental.
PALABRAS CLAVES
Cumbre de las Américas, Alianza de Energía y Clima de las America, Cambio Climático, Seguridad Energética
INTRODUCCIÓN
Uno de los temas más urgentes para los países del Hemisferio Occidental ha sido cómo asegurar una provisión estable y confiable de recursos energéticos a costos razonables y que no acarreen deterioro del medio ambiente. Un informe preparado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Naciones Unidas (ONU) destaca que a pesar que Latinoamérica es la región que menos contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, ha de ser una de las regiones más perjudicadas por el cambio climático.[1] Entre otras cosas, se prevé un estrés hídrico grave que afectará la oferta de agua potable y la posibilidad de generar hidroelectricidad. Además se anticipa el alza del mar como resultado del derretimiento de las capas de hielo polares, un acontecimiento que generaría el desplazamiento de un gran porcentaje de la población por la cantidad de tierra pérdida a causa de las inundaciones permanentes. En consecuencia, los pequeños países isleños del Caribe serian los más perjudicados. El cambio climático también ocasionará pérdidas significativas en la biodiversidad, en muchas ocasiones irreversibles, algo particularmente grave en una región que incluye a varios de los países con la mayor biodiversidad del planeta.